El dramático intento de asesinato
al jefe de la policía de la Ciudad de
México fue sólo la más clara señal
de que el crimen organizado está
llevando la violencia directamente a
la puerta del gobierno .
El pasado viernes, Omar García
Harfuch, secretario de Seguridad
Ciudadana de la capital del país, fue
casi agregado a la lista homicidios
de este año, -12,184 de enero
a mayo- cuando dos docenas
de hombres ejecutaron un plan
coordinado para interceptar su
vehículo con armas Barret calibre.García sobrevivió con tres
disparos y en cuestión de horas
culpó al Cártel Jalisco Nueva
Generación.
La agresión sucedió en poco
menos de dos semanas de que un
juez federal y su esposa fueron
asesinados a tiros en el estado de
Colima. La organización criminal de
Nemesio Oseguera Cervantes, «El
Mencho», también fue sospechosa
del ataque.
A principios de este mes, la Unidad
de Inteligencia Financiera, ejecutó el
operativo Agave Azul que bloqueó
cuentas de 1,770 personas físicas,
167 empresas y dos fideicomisos
ligados al cártel, a solicitud de
Estados Unidos.
«Es muy importante que no
cesen estas acciones porque
si se paralizan o se demoran,
la organización criminal lo va a
tomar como una señal de estado
arrodillado y van a acostumbrarse
a actuar de esa manera (violenta)
con el Estado mexicano», apuntó
el académico de la Universidad de
Columbia, Edgardo Buscaglia, en
entrevista con CNN.
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